"China sostiene que la unión de fuerzas debe lograrse para luchar contra el terrorismo y que tanto los síntomas como las causas del asunto deben de ser atendidas. Los dobles raseros no deben permitirse", ha señalado el ministro de Exteriores, Wang Yi.
Pekín ha lamentado en el pasado que China no reciba las mismas oleadas de solidaridad que suceden a los grandes atentados del islamismo radical en Occidente.
La prensa global suele minimizar la amenaza del terrorismo uigur y acusa a Pekín de exagerarla como excusa para aumentar la seguridad y el control policial en la provincia de Xinjiang.
Las alusiones a la presión china hacia la cultura y lengua uigur como contexto explicativo de los atentados suele ser habitual en las informaciones globales.
China culpa al Movimiento Islámico del Turkestán Oriental (ETIM, por sus siglas inglesas) de estar detrás de los atentados y de tener lazos con Al Qaeda.
Aunque la ETIM fue incluida en la lista de organizaciones terroristas después del ataque del 11-S en Estados Unidos, es habitual que desde Occidente se relativice su poder o incluso se dude de su existencia.
Decenas de personas fueron apuñaladas en un ataque organizado en una estación de tren de Kunming (provincia de Yunnan) y una bomba en un templo de Bangkok dejó 20 muertos y más de un centenar de heridos este año.
La prensa china ha informado de que varios uigures han pasado en los últimos meses a Iraq y Siria para luchar con el Estado Islámico.
"China también es una víctima de terrorismo y la desarticulación del ETIM debería ser una parte importante de la ilucha nternacional contra el terrorismo", ha señalado Yi durante la cumbre G-20 que se celebra estos días en Turquía.