El rincón suroriental de Europa es el último botín objetivo de la lucha de influencias política y estratégicas en el Viejo Contiente. Dos territorios surgidos de la desaparación de la República Federativa de Yugoslavia están dirigidos por líderes que se dejan cortejar por Washington y Bruselas. Para ellos, los esponsales con la Unión Europea y la OTAN supondrían el lavado automático de un oscuro pasado. Ambos dirigentes ocultan en su dote acusaciones de asesinatos y los peores tráficos imaginables.
Los dos se mantienen en el poder desde hace años, indiferentes a las acusaciones de fraude electoral y violación de las libertades de las que son acusados por organismos internacionales y por la oposición interna. Ambos han sabido edificar su poder mediante el clanismo y las amenazas que, en muchos casos, se ha traducido en desapariciones o asesinatos sin esclarecer de rivales políticos o de periodistas que osaron denunciar sus apaños.
A los Estados Unidos, bien informados de la realidad, nunca les ha impedido utilizar a sospechosos para sus defender sus intereses. Ya está demasiado oída la frase: «puede que sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta». Los europeos, más blandos y fofos, gastan millones en investigaciones para después encerrar las conclusiones en una caja fuerte cuya combinación de apertura se lanzará al mar o, incluso, se entregará a Washington.
A la OTAN, a palos
Pero a la negativa de muchos ciudadanos a ver a su país bajo el control militar atlantista y, por lo tanto, norteamericano, se une también a las voces de representates de la sociedad civil, de los estudiantes o de las organizaciones de gays, lesbianas y trannsexuales. Dukanovic insiste: «Es un intento de golpe de Estado apoyado por Rusia ». En la calle, otros le responden: «No es la Otan, ni Rusia; es la pobreza». Y son tan educados que no añaden el ya conocido « estúpido».
Dukanovic, el neo-pro-occidental, ha sabido jugar la baza anti-rusa en sus salidas al exterior, mendigando una plaza en la mesa otaniana. Considera así, que la protección militar occidental y los abrazos con uniformados y pares políticos atlantistas harán olvidar su pasado y, en especial, su enriquecimineto personal fulgurante, el de su hermano, Alexander (Aco) y el de su hermana, Ana.
De la Liga Comunista, al contrabando de tabaco con la Camorra
Milo Dukanovic, después de pasar por la jefatura de la rama juvenil de la Liga de los Comunistas de Montenegro, se convirtió, al concluir la guerra en Yugoslavia (1991), en el más joven primer ministro de la historia de su nuevo país. A los 29 años ya era responsable de los destinos de la pequeña república, todavía aliada — y unida- a su vecina Serbia. Pero ya había comprendido que el lider serbio Slobodan Milosevic representaba al demonio para el mundo occidental. Y en 2006 inició la separación de los dos territorios. Dukanovic no ha abandonado el poder desde entonces, salvo en dos peqeuños periodos.
Bajo su control, Montenegro se convirtió en el centro europeo del contrabando de tabaco. Miles de millones de euros fueron lavados en Suiza, Chipre o Montecarlo, gracias a la colaboración de socios «profesionales», miembros de la Camorra napolitana y de la mafia de la Apulia, más cercana a la costa adriática montenegrina, la Sacra Corona Unita.
La justicia italiana no dudó en acusarle. Según el fiscal de la ciudad de Bari, Giusseppe Salsi, Dukanovic fue responsable de «promover, organizar y gestionar una organización de tipo mafioso». Su teléfono estuvo intervenido durante 20 meses por los investigadores italianos.
Más tarde, Dukanovic y su familia desarrollaron el negocio inmobiliario local, aprovechando el «boom» turístico, y se hicieron con el control de bancos, como el First Bank (Prva banka). Se calcula que la fortuna personal del «premier» montenegrino alcanza los 17 millones de euros. La de su hermano, Aco, en más de 160. Su hermana, Ana, que también se ha beneficiado, según la prensa local y la oposición, del «pelotazo» de las privatizaciones bancarias, prefiere no desvelar sus cuentas. Todo un ejemplo para los hijos de un juez.
Para el primer ministro, «si en los Balcanes no cuaja el estado de derecho, es culpa de la falta de desarrollo económico». Él no explica cómo se pued ser millonario con un sueldo oficial que no llega a los 3000 euros al mes.
En un gesto de cinismo y sentido del humor, el gobierno de Podgorica ofreció protección a la periodista Olivera Lakic, del diario Vijesti. Ella lo rechazó por considerar que lo que se pretendía era controlar su trabajo y sus fuentes. Lakic, como varios colegas suyos de diferentes medios, ha sufrido agresiones físicas sin que se hayan encontrado a los culpables.
El cinismo de Dukanovic ha alcanzado su mayor cota al proponer la acogida en su pequeño territorio de 120.000 refugiados de Siria. Él, que en su tiempo entregó a refugiados musulmanes bosnios a los serbios de Bosnia, mercadea ahora con la carta humanitaria, para eliminar resistencias a su entrada en la OTAN.
De la limpieza étnica, a la mesa de Merkel y Hollande
Los preceptores de la moral y la ética europea también pescan en esta zona del continente. Bruselas acaba de firmar un «Acuerdo de estabilización y Asociación» con la autoproclamada república de Kosovo. Otro joven dirigente y sospechoso habitual de jueces independientes, el Vice Primer Ministro y reposanble de exteriores, Hashim Thaçi, pretende así borrar definitivamente su negro curriculum.
Entre todas las acusaciones sobre tráficos diversos, destaca el de órganos humanos extraidos a prisioneros serbios. No son acusaciones de agentes a sueldo de Belgrado o Moscú. Son las conclusiones de dos jueces suizos: Carla del Ponte, ex fiscal del Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia, y Dick Marty, encargado del informe sobre tráfico de órganos humanos por el Consejo de Europa.
Las conclusiones de ambos magistrados implican a Thaçi en este delito sin ninguna duda. El ahora jefe de la diplomacia albano-kosovar fue incluso detenido en Budapest, en 2003, por mandato de Interpol. Pero la presión de ciertos países protectores, como Estados Unidos o Francia frustraron el trabajo de la justicia. Las conclusiones de Del Ponte y Marty duermen en la oscuridad de los archivos.
Solo ahora, cuando los testigos han desaparecido, cuando las pruebas se han difuminado, cuando los autores de los delitos han tenido tiempo suficiente para borrar las evidencias, el Parlamento kosovar ha aprobado abrir una investigación. Los jueces serán extranjeros, pero se aplicará la ley de Kosovo. Curioso cóctel para blanquear un pasado delictivo.
UNESCO, no; UE, ya veremos.
El inicio de las negociaciones con la UE para una eventual — y muy hipotética- entrada en el club europeo, se producía también al tiempo que Kosovo y sus aliados recibían una inmensa bofetada diplomática. La UNESCO la ventana de entrada a Naciones Unidas de los que tienen impedido el ingreso por la puerta principal, rechazó a la antigua provincia Serbia.
Kosovo se autoproclamó independiente de serbia el 17 de febrero de 2008…. Ese día, ondeaban en Pristina, la capital, más banderas norteamericanas que europeas. Desde entonces, Kosovo es un territorio fallido, gangrenado por la corrupción, donde los europeos derrochan energía y dinero para intentar obtener una apariencia de legalidad.
Hashim Taçy y Milo Dukanovic, son dos dirigentes bajo sospecha, dos ejemplos de lo que los países que dirigen Europa y el país que comanda la OTAN han dejado desarrollar como nuevo liderazgo. Dos supuestos delincuentes encumbrados como defensores del «mundo libre».
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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