El líder ucraniano denunció un "enfrentamiento armado" que tuvo lugar en la noche del martes al miércoles entre las FFAA del país y "grupos subversivos" de las milicias de Donbás.
"No dejaremos al enemigo tomarnos por sorpresa", destacó el mandatario, quien reiteró que Ucrania cumple firmemente los acuerdos de paz.
Al mismo tiempo, Poroshenko anunció que los gastos militares previstos de Ucrania se basan en un "pronóstico relativamente optimista para el desarrollo de la situación en el este" del país.
Kiev confía en que "el alto el fuego dure y no haya operaciones militares activas", lo que permitiría "recuperar la capacidad combativa del Ejército, destruida en los últimos años", dijo el presidente al advertir del posible aumento de los gastos militares en caso de "escalada considerable".
En abril de 2014, Kiev lanzó una operación militar en las provincias de Donetsk y Lugansk para ahogar los focos de indignación por el cambio de poder violento en el país en febrero de ese mismo año.
Según datos de la ONU, el conflicto en el este de Ucrania ha causado más de 8.000 víctimas, cientos de miles han perdido sus viviendas y han tenido que abandonar sus hogares.
Desde el 1 de septiembre en el este de Ucrania reina una calma relativa, tras más de siete meses de violaciones del armisticio pactado el 12 de febrero en Minsk.