Con el reciente lanzamiento de su último libro "Fuera de Control", el escritor pretende desenmascarar los verdaderos intereses de Estados Unidos y sus socios (Reino Unido, Israel y Arabia Saudí) en Oriente Medio y el Norte de África.
En opinión del escritor, nominado al premio Nobel de la Paz 2015 y al Pulitzer de 2014 por su anterior bestseller "The Coming Age Of Human Deconstruction", los Estados "débiles o con economías pobres suelen ser los más vulnerables a estas tácticas" lo que motivó que "ese tipo de revoluciones se organizasen, principalmente, en países con importantes recursos naturales o en los que tienen una valiosa posición estratégica y adoptan una política exterior independiente".
"El grupo Ansar al Sharia, liderado por Abu Sufian bin Qumu, un antiguo preso de Guantánamo vinculado a Al Qaeda; el grupo Escudo de Libia, liderado por Wisam bin Hamid (identificado por la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como jefe de Al Qaeda en Libia), y la Brigada 17 de Febrero, encargada de velar por la seguridad de la misión, y capitaneada por Ismail Sallabi, no solo fueron dirigidos por el Grupo Combatiente Islámico Libio (GCIL), afiliado a Al Qaeda, sino que habrían sido financiados y armados por el Gobierno de EEUU, en alianza con Gran Bretaña y Arabia Saudí", detalló.
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Para el escritor, la red de alianzas yihadistas ensayada en Libia a través del GCIL no solamente habría servido para eliminar al problemático Gadafi, última esperanza en el Norte de África para mantener una postura independiente de la región frente a Occidente, sino que este "fue uno de los grupos que se cree que planeó el atentado suicida de Casablanca en mayo de 2003 y que tiene sólidos vínculos con quienes estuvieron detrás de los atentados terroristas de Madrid en 2004".