Sus autores constatan que “no se ha hecho un progreso considerable en las investigaciones de los violentos sucesos de Odessa”. El documento cuestiona “la capacidad de las autoridades ucranianas para establecer las circunstancias de los crímenes relacionados y de llevar ante la justicia a los responsables”.
Asimismo, se subraya que hay evidencias de “complicidad” de la policía en los desórdenes ocurridos en aquel entonces, por lo que la investigación “debería haber sido realizada por un órgano totalmente independiente de esta”.
El analista Miquel Puertas duda de que la valoración del Consejo de Europa contribuya a que Kiev castigue a los responsables de la masacre de Odessa. Sostuvo que lo que ocurre en Ucrania “no depende de la Unión Europea”, sino de Washington.
Denunció que los culpables de la tragedia “no sólo están en la calle, sino que forman parte incluso de la Administración local y los servicios de seguridad en Odessa”. Agregó que “lo que hay en Ucrania es un régimen político que se sustenta sobre la violencia”.
De acuerdo al experto, Ucrania “forma parte de las herramientas que está utilizando Washington en su guerra contra Europa”. Con el mismo objetivo, EEUU instigó la llamada “Primavera Árabe” que, entre otras cosas, provocó la crisis migratoria y disparó la amenaza yihadista en los Veintiocho.