La reciente incursión aérea de un avión militar estadounidense en espacio soberano de Venezuela se inscribe en la ya larga lista de acciones agresivas de ese país contra el gobierno bolivariano. La misma no se puede ver aislada de las peligrosas declaraciones injerencistas del General John Kelly, Jefe del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, contra Venezuela y la declaración del presidente Obama de marzo de este año en la que define a Venezuela como un "peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Esta nueva agresión es una provocación a fin de buscar una respuesta militar de Venezuela que le de excusas a la potencia imperial para iniciar una operación de mayor envergadura. Lo peligroso, es que la historia de Estados Unidos no ha estado exenta de auto agresiones para justificar sus intervenciones militares. Vale mencionar la explosión del Acorazado Maine en Cuba en 1898 y el incidente del Golfo de Tonkin en Vietnam en 1964, ambos hechos devinieron en guerras de gran amplitud por la dimensión, el tiempo de las operaciones y los objetivos a lograr.
En este contexto, y en la perspectiva de las próximas elecciones parlamentarias, la violación del espacio aéreo venezolano es una acción temeraria y peligrosa del gobierno de Estados Unidos que debe ser alertada y denunciada como violatoria de la soberanía y del derecho internacional.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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PUBLICADO POR SERGIO RODRÍGUEZ GELFENSTEIN