Dos aviones de Easyjet despegaron por la mañana, pero la compañía británica informó que "ocho vuelos planeados no podrán operar" por las "restricciones de las autoridades egipcias".
La cancelación de los llamados "vuelos de rescate" dejó en tierra a cientos de decepcionados pasajeros, que habían aguardaron horas de cola en los adicionales controles de seguridad introducidos en el principal aeródromo del Sinaí.
El embajador británico en Egipto, John Casson, fue abucheado y tuvo que hacer frente a la furia de al menos una turista, según imágenes grabadas en móviles y difundidas por los medios de comunicación.
"What's the actual problem?" Passenger confronts British Ambassador to Egypt at Sharm el Sheikh airport over delays https://t.co/3CsPmwxsFK
— Sky News (@SkyNews) 6 ноября 2015
El portavoz de Cameron admitió que la situación en Sharm el Sheikh es "fluida, compleja y difícil".
Unos 20.000 británicos se han visto afectados por la suspensión de vuelos regulares y de los tour operadores desde el popular destino egipcio, impuesta esta semana por el Gobierno conservador.
Cameron justificó su acción en la "posibilidad" de que una bomba causara el siniestro del avión de la compañía rusa Metrojet, en que 224 personas murieron el 30 de octubre.
El ministro de Transporte, Patrick McLoughlin, advirtió esta mañana de que el mismo veto de vuelos con destino a Reino Unido se extenderá a cualquier aeropuerto del mundo cuyos procedimientos de seguridad "no nos satisfagan".