La llegada del líder chino ha sido precedida por pequeñas protestas en las calles de Hanoi y Ho Chi Minh que pedían a Pekín dejar de hostigar a los pescadores vietnamitas.
También los internautas se han movilizado para evidenciar su oposición a la actitud de Pekín en las aguas en disputa del mar del Sur de China.
La tensión llegó a su cúspide el pasado año cuando China colocó una plataforma petrolera cerca de las Islas Paracelso, que Vietnam reclama como propias.
La medida desató una ola sinófoba, en la que multitudes arrasaron varios negocios regentados por chinos.
La muerte de tres ciudadanos chinos estimuló la huida masiva de los ciudadanos de ese país.
Ambos países han intentado recomponer las relaciones desde entonces, con cumbres bilaterales y declaraciones amistosas.
La visita de Xi es la primera de un presidente chino a Vietnam desde la de su predecesor, Hu Jintao, diez años atrás, y se espera que contribuya a relajar la tensión.
Ambas cancillerías han desvelado que las disputas territoriales serán tratadas durante las conversaciones, además de la habitual agenda económica.
China es el principal socio comercial vietnamita, con intercambios que rozaron los 60 mil millones de dólares el pasado año.
Pero las disputas territoriales han enturbiado las relaciones de dos países que en 1979 libraron una fugaz pero sangrienta guerra fronteriza después de que Vietnam invadiera Camboya.
Vietnam ha reforzado en los últimos meses sus lazos con Washington y Tokio, rivales tradicionales de Pekín en la zona.
El diario Global Times ha pedido a Hanoi que sea "pragmática" y mantenga las buenas relaciones con Pekín en lugar de acercarse a "otras potencias por intereses mezquinos".
El medio interpreta el discurso que Xi dará en la Asamblea Nacional como una señal de Vietnam al mundo de que, a pesar de las aproximaciones recientes a EEUU, "Hanoi aún comparte mucho más con Pekín que con Washington".