La publicación indicó que los norteamericanos han enfrentado múltiples fracasos en la creación de aviones de combate, comenzando desde el primer intento de crear un caza.
El Bell P-59 Airacomet fue el primer intento de EEUU de fabricar un caza reactivo, sin embargo, comparado con el Gloster Meteor británico y el Messeschmitt Me.262 alemán, esta nave aérea norteamericana fue un fracaso total.
Es más, añade la publicación, si se compara esta nave con cazas con motores de combustión interna como el Lockheed P-38 Lightning, el Republic P-47 Thunderbolt y el nipón Mistubishi Zero, esta carecía de ventaja alguna.
De hecho este avión se convirtió en una "máquina de prueba" para modelos posteriores, más exitosos, afirma el artículo.
El segundo avión malogrado de la lista de National Interest es el Vought F7U Cutlass, caza de cubierta estadounidense, que estaba equipado con unos motores de una potencia demasiado baja, además de sistemas muy imperfectos.
Un contraalmirante norteamericano que anteriormente sirvió en el grupo aéreo de alto pilotaje de la Fuerza Naval de EEUU Ángeles azules solicitó su renuncia en cuanto supo que su grupo pasaría a pilotar Vought F7U Cutlass.
El tercer lugar lo ocupa el caza de cubierta de la Fuerza Naval de EEUU Grumman F-11 Tiger, conocido en primera instancia por haberse derribado literalmente a sí mismo.
Durante las pruebas, el piloto del F-11 Tiger probó su cañón de 20 mm y se las arregló para alcanzar los proyectiles que antes disparó.
Los problemas de esta nave se debieron no tanto a su construcción como a los propulsores de baja calidad, afirma National Interest.
El cuarto avión que se convirtió en un fracaso fue el caza interceptador Convair F-102 Delta Dagger, creado inicialmente para realizar acciones a grandes alturas y altas velocidades.
Se consideraba que esta sería la nave que destruiría "las huestes de bombarderos soviéticos que, según se esperaba, atacarían a EEUU en caso de que la guerra fría se convirtiese en caliente".
Las características iniciales del avión eran muy prometedoras, tanto como las expectativas, "hasta el momento en que voló".
Además, el Convair F-102 Delta se enfrentó a la resistencia de onda a velocidades supersónicas, por lo que los constructores se vieron obligados a modernizar su diseño, tras lo cual apareció la configuración llamada "botella de coca-cola".
El quinteto de los peores cazas de EEUU, según National Interest, lo completa el Lockheed Martin F-35 Joint Strike Fighter, nave que sale años después de lo previsto, el presupuesto de su desarrollo ha crecido significativamente y la propia nave no dispondrá de todas las características prometidas en un inicio por sus fabricantes.
Se suponía que el F-35 reemplazaría varios modelos de aviones especializados, pero como resultado EEUU recibirá "un extremadamente caro maestro de todo que no será experto en nada".
Además, los requerimientos presentados al F-35 fueron establecidos en un momento en que los retos futuros no estaban claros, por lo que EEUU dispondrá de un caza que no será capaz de enfrentarse a los retos contemporáneos, concluye el artículo especializado.