"Hoy en las filas del EI luchan de 25.000 a 30.000 extranjeros, en particular de la región del Pacífico y de Asia, así como, desgraciadamente, de Rusia", destacó Antónov.
El viceministro subrayó que si esos combatientes "vuelven a sus casas con ese potencial de violencia y extremismo, seguirán promoviendo ideas radicales en nuestros países o empezarán a organizar sabotajes".
Para Antónov, una de las tareas principales consiste en detener el desarrollo de semejante guion.
El presidente ruso, Vladímir Putin, dijo anteriormente que entre 5.000 y 7.000 oriundos de Rusia y otros países exsoviéticos luchan actualmente en las filas del EI.
El Estado Islámico, considerado como una de las amenazas más graves para la seguridad en Oriente Próximo y el mundo entero, controla vastas zonas de Irak y Siria y pretende extender su influencia en el norte de África, particularmente a Libia.