El anuncio del nuevo grado escolar 'Tauromaquia y Actividades Auxiliares Ganaderas' levantó una gran polvareda en la sociedad española en un momento de gran sensibilidad ante la torturas a los animales y su compatibilidad con lo que se conoce como fiestas nacionales.
La recogida de firmas se realizó a través de la plataforma change.org.
"Si dejamos la iniciativa dos semanas más hubiéramos alcanzado el millón. Esto demuestra que la ciudadanía está muy harta de que los políticos se gasten el dinero público en actividades que nada tienen que ver con la educación real”, dijo a los medios Beatriz Menchén, minutos antes de entregar las firmas.
De las casi 430.000 firmas, unas 298.000 (el 70% del total) proceden de España, y las restantes se corresponden firmas llegadas del extranjero, principalmente de Latinoamérica, como Argentina, Venezuela, Costa Rica o Perú.
El lunes, el ministro del ramo, Íñigo Méndez de Vigo, defendió que los toros son "una larguísima tradición española" y que hay "vestigios" de ello en el patrimonio cultural del país.
El titular de Educación arguyó para defender en el nuevo grado que en la actualidad hay muchas escuelas taurinas que funcionan "cada una a su aire" y que con este título se intenta que "estos chicos” reciban también clases de matemáticas o lengua.
"Lo vamos a estudiar y contemplar porque son las comunidades autónomas las que decidirán si lo aplican o no. Es una posibilidad más de elección (dentro de la FP) y esto es lo importante", dijo.
Está previsto que estos estudios de dos cursos de duración, con 2.000 horas, capaciten a los jóvenes de entre 15 y 17 años que no hayan terminado la estudios primarios para ser “matador de novillos sin picadores”, “banderillero”, “peón agropecuario” o “pastor”, según se recoge en el borrador.
La Comisión Nacional de Asuntos Taurinos (CNAT) fue la que propuso en septiembre del año pasado que se convalidasen las enseñanzas en las escuelas taurinas con un título de Formación Profesional.