"La determinación del Estado provincial me fue comunicada a mí y yo se la transmití a la gente. La decisión me vino a través de personas del Gobierno. Revocaron un permiso provisorio, no una licencia completa", detalló Colombo.
Ésta es la cuarta vez que los habitantes del departamento de Famatina, donde se encuentra la zona aurífera, consiguen que una empresa minera abandone sus emprendimientos. Las primeras expulsadas fueron las corporaciones canadienses Barrick Gold y Osisko y la china Shandong Gold.
"El reclamo de la población era ser parte de un consenso informado, que forma parte de los derechos económicos y sociales de los pueblos".
Midais, perteneciente a un empresario de la vecina provincia de Salta, tenía como fin extraer oro aluvial del cauce del río Blanco en la localidad riojana de Angulos, situada en Famatina.
"Escuché a las personas afectadas y lo transmití a las autoridades. Unos y otros me señalaban como canal de diálogo para buscar una salida a esta crisis, que es de una pequeña población pero que se veía afectada por la determinación de seguir adelante con un emprendimiento de estas características", sostuvo Colombo.
Según el obispo, la empresa contemplaba distintas iniciativas de megaminería sin permitir ningún tipo de participación social.
Tres semanas atrás, la policía reprimió con balas de goma a unas 70 personas que intentaban llegar al campamento de Midais para exigir el cierre de la mina. Varias personas resultaron heridas, incluido el diputado de la opositora Unión Cívica Radical (UCR) Julio Martínez.
El funcionario se presentó entonces ante la justicia para denunciar que la empresa no contaba con la habilitación comercial de la municipalidad para funcionar.
El obispo Colombo, nombrado como tal por el papa Francisco en 2013, habló con el vicegobernador Casas, y "él coincide conmigo en la necesidad de un contexto social que favorezca un diálogo permanente entre autoridades y pueblo", aseguró.
Casas, quien además resultó electo gobernador de La Rioja en los comicios de julio, dijo este miércoles a la radio local Fénix que "esta empresa (Midais) se va a ir, más allá que su actividad no ha sido contaminante, como un gesto y una señal clara (de) que nosotros vamos a seguir apostando al diálogo, la fraternidad, la solidaridad y a buscar los consensos necesarios por los pobladores donde se tenga que desarrollar una actividad".
El prelado agregó a esta agencia que "lo mío fue trabajar por un consenso social para las sucesivas determinaciones que se hicieron, y así cerrar un capítulo que se había abierto dolorosamente".
Ahora hay que mirar hacia un futuro distinto, opinó el obispo.
"Hay muchas posibilidades en el campo de lo turístico y agropecuario que harán crecer a la sociedad, en vez de atender a meros proyectos que dejan a los pobres afuera", concluyó.