"Sabemos que existe una bomba que puede pasar inadvertida por los equipos de control y explotar el avión, por eso existe esa posibilidad", dijo la política, agregando que "mientras no se realice un análisis del revestimiento y del salón de la nave, no se puede saber a ciencia cierta".
El Airbus A321 de la compañía aérea Kogalymavia que volaba de Sharm el Sheikh a San Petersburgo sufrió una catástrofe el 31 de octubre en la península egipcia del Sinaí.
Los 217 pasajeros y siete tripulantes que se encontraban a bordo fallecieron en este siniestro, el peor de la historia de la aviación rusa.
Las primeras pesquisas apuntan a que el aparato se desintegró en el aire.