"Cientos de extranjeros se condenan a la pena de muerte después de un proceso judicial, que no corresponde con altos estándares de justicia", informó la oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU.
La organización denota las sentencias "desproporcionadamente frecuentes" de extranjeros, entre ellos migrantes por trabajo, procedentes de los países de Asia y África.
"Primero que nada se condena a los migrantes laborales", destacó el enviado especial de las Naciones Unidas, Christophe Hanes.
El informe marca a los Emiratos Árabes Unidos como el país donde mayor número de extranjeros fueron condenados a pena de muerte. Principalmente fueron ciudadanos de Afganistán, Bangladesh, Egipto, India, Kuwait, Pakistán y Arabia Saudí.
En Arabia Saudí en los primeros seis meses del 2015 33 extranjeros fueron condenados a la pena capital. En Malasia 37 personas escucharon esta sentencia, la mayoría por tráfico de drogas.
Entre los países de los que provienen los condenados destaca Nigeria: más de 300 de sus ciudadanos enfrentan la pena de muerte en China, Indonesia, Malasia, Tailandia y otros países.
Le sigue Filipinas, ya que 125 migrantes de este país fueron condenados a muerte en el extranjero, y el Reino Unido con 75 personas, sentenciadas por asesinatos, terrorismo y tráfico de drogas.
El aumento de condenas sin juicio apropiado se debe a que los extranjeros "casi no cuentan con el apoyo de las fuerzas del orden público en los países de residencia", recalcó la ONU.