Los precios del crudo han descendido a la mitad respecto de sus niveles de 2014, en medio de una dura competencia de los proveedores ante un mercado saturado.
Medios occidentales señalan que el EI puede conseguir hasta tres millones de dólares por día al vender petróleo. Ya el año pasado David Cohen, actual subdirector de la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) estimó que la organización islamista obtenía al menos un millón de dólares diarios al contrabandear crudo.
Los ingresos petroleros se suman a los que el grupo extremista obtiene como rescate por secuestros y extorsiones, además de los robos y expropiaciones en las plazas que conquista, así como la venta de piezas arqueológicas o artísticas de las que se apodera.
En el mismo Medio Oriente, recordó Habalián, países vecinos como Turquía importan casi el 90 por cierto de su combustible "y publicaciones árabes dan cuenta de que vía contrabando el propio Gobierno de (el presidente sirio) Bashar Asad, aislado del oriente donde están los pozos, llegó a emplear petróleo despachado por sus rivales del EI".
Los volúmenes que maneja el Estado Islámico no alteran el mercado global pero "favorecen a consumidores como Estados Unidos, pues mientras más diezmado esté el Medio Oriente menos posibilidad habrá de acuerdos para que los exportadores recuperen el precio", según Habalián.
Intervención rusa podría "despetrolizar" al EI
La característica que más influye en el tablero que tiene al EI como pieza clave es el conflicto entre suníes y chiíes, las dos principales ramas del islam, dice Habalián.
Cuando el Estado Islámico inició sus actividades era un grupo pequeño con financiamiento precario que actuaba como movimiento de resistencia tras la invasión estadounidense a Irak, "pero cobró bríos con la actitud discriminatoria del Gobierno del primer ministro chií Nuri al Maliki (2006-2014) hacia la población suní que animaba la resistencia", indicó Habalián.
"Aunque ni la casa de Saud ni el gobierno de Catar los apoyasen abiertamente, pudieron favorecer que sectores privados sí lo hicieran y así se hizo con recursos el EI".
Cuando estalla la guerra civil en Siria, el EI entra a actuar desde Irak y conquista posiciones en el oriente y el norte, a la vez que se convierte en un polo de atracción para musulmanes de distintos países que viajan para sumarse a su ejército.
La rama alauí del islam que apoya al presidente Asad calza con la visión y los intereses regionales del chiísmo, por lo que el Irán gobernado por chiíes presta apoyo a Damasco, confrontando la virtual coalición suní de Arabia Saudí, Catar y Turquía, expuso Habalián.
Finalmente, la entrada de la aviación rusa en el escenario y su contribución para que Asad recupere las zonas petrolíferas de Siria puede "despetrolizar" al EI, pues los campos productores de Irak están fuera de su dominio, al ser controlados por el pueblo kurdo los del norte, y por la mayoría chií los del sur.