El presidente Vladímir Putin anunció el lunes que la cartera de pedidos militares de Rusia en el extranjero supera en la actualidad unos 50.000 millones de dólares.
El mandatario ruso destacó que Moscú está intensificando la colaboración militar con otros países.
Además, según el líder ruso, es el "doble de difícil" para los exportadores rusos trabajar bajo las sanciones, pues además de superar las barreras que crean para la exportación tienen que independizarse de las importaciones de componentes.
Según el instituto SIPRI de Estocolmo, Rusia de momento es uno de los mayores exportadores de armas, el segundo tras EEUU.
En 2014, al país norteamericano le correspondió el 31% de las exportaciones armamentistas globales, a Rusia, el 27%, y el tercer puesto fue para China con apenas el 5%.
Rusia viene aumentando las exportaciones, concretamente en un 37% ente lustros 2005-2009 y 2010-2014, la India, China y Argelia siendo los destinos principales.
Según expertos, no es ilimitado el potencial de aumento de exportaciones de las armas rusas.
Ruslán Pújov, director del Centro de Análisis Estratégico y Tecnológico, enumera entre los factores negativos para Rusia la saturación del mercado argelino, el aumento de la competencia en la India y el regreso de Francia al mercado de aviación militar.
Precisamente Francia, según Pújov, amenaza con desbancar a Rusia como el segundo exportador más grande.
Acaba de llegar a Moscú una delegación gubernamental de Serbia para negociar con el primer ministro Dmitri Medvédev y con su vice para el sector militar, Dmitri Rogozin.
El primer ministro serbio, Aleksandar Vucic, adelantó el domingo que en el temario de las conversaciones figura la compra de armas.
"Para fabricar el obús Nora, necesitamos chasis de Kamaz, ya que tienen capacidad para más de 35 toneladas, es una razón de conversar con los rusos. Otra es el cañón 242 que utilizamos en el blindado Lazar", dijo Vucic, cuyo país también examina comprar helicópteros de combate rusos.
Para ello no solo tiene que normalizar las relaciones con Kosovo, sino también –como ha indicado la diplomática jefe de la UE, Federica Mogherini– armonizar su política externa con la de la UE.
Según Nezavisimaya, puede tratarse en particular de dar carpetazo a la cooperación con Moscú en varios sectores y unirse a las sanciones antirrusas.