La transmisión en directo de la maniobra por parte de la televisión portuguesa no permitió camuflar el papelón. Los soldados, atrapados en la arena, fracasaron en el intento de empujar los camiones atascados. Esta era una de las maniobras con las que la OTAN pretendía probar su "Fuerza de Respuesta".
Trident Juncture 2015, con un despliegue de 36.000 soldados de 30 países fue vendido como "el mayor despliegue de tropas en Europa desde el desembarco de Normandía" por un alto mando militar de la Brigada Logística de Zaragoza, donde se realiza el grueso de las prácticas. Y el ministro de Defensa de España, Pedro Morenés, también tuvo algo que decir: "posiblemente sea el ejercicio más potente que ha hecho la OTAN".
Brian Becker, jefe de la organización anti-guerra Answer, en una entrevista concedida a la cadena RT en inglés, dijo: "Creo que el gobierno de Estados Unidos y la OTAN no sólo están enviando un mensaje a Rusia, sino también a sus propios ciudadanos. Y el mensaje es: 'Una nueva carrera armamentista ya está en marcha y sería mejor simplemente aceptarlo'". El desembarco de las tropas en Portugal es el mensaje más claro de estas maniobras a las que la OTAN considera las más importantes desde la Guerra Fría.
Para el analista internacional, Juan Aguilar, todo esto es un chiste. Y al querer enviar un mensaje a Rusia con estos ejercicios, lo que hace Estados Unidos es inventar la posibilidad de un conflicto que implique una alta inversión en el complejo militar industrial para impulsar su economía.