Las últimas encuestas daban por descontado un triunfo holgado del candidato oficialista Daniel Scioli, e incluso muchos sondeos afirmaban que podía asegurarse la presidencia en primera vuelta.
Sin embargo, y contra todos los pronósticos, cuando se llevaba escrutado el 92 por ciento de los circuitos, Scioli obtenía apenas 36,3 por ciento de los votos, y Macri el 34,8 por ciento, obligando a una segunda rueda, pues ninguno consiguió un caudal de 45 por ciento o de 40 por ciento y una diferencia de 10 puntos respecto del segundo, como manda la Constitución.
"Tengo una emoción incontenible", dijo Dietrich con la voz entrecortada y agitado por el festejo que se desató en el comando de Cambiemos, en el barrio porteño de Costanera Norte.
"Nos dimos un abrazo con Mauricio; el mismo abrazo que nos dimos en 2011 (cuando Macri fue reelegido jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires), pero hoy con más emoción todavía", sostuvo.
"Sí me lo esperaba, estaba convencido", confió.
Cuando estaban escrutados 93,3 por ciento de los circuitos de la provincia, Vidal obtenía 39,6 por ciento de los sufragios, seguida de Aníbal Fernández, candidato del gobernante Frente para la Victoria, con 35 por ciento.
"Estaba confiado que ganábamos la provincia", dijo Dietrich, quien agregó que estuvo todas estas últimas semanas recorriendo ese territorio, el mayor distrito electoral del país, y “cada vez que volvía sentía que había una energía de cambio".
La segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina se celebrarán el 22 de noviembre.