De acuerdo a las pesquisas internas del gigante de la industria automotriz, en 2007 Jelden supuestamente reprogramó el software de emisión de los gases contaminantes para que rebajara estos datos hasta niveles permitidos.
El mes pasado, el fabricante alemán fue acusado por Estados Unidos de instalar en sus automóviles diésel un programa que altera los datos reales sobre los gases contaminantes emitidos por sus motores.
Durante las pruebas llevadas a cabo en EEUU se reveló que los niveles reales de emisión de CO2 de modelos diésel de Volkswagen superan 30 veces la norma, mientras en los laboratorios los indicadores eran mucho menores que los límites.
La compañía también se enfrenta a una multa cuya cuantía podría ascender a 18.075 millones de dólares.
El propio Volkswagen admitió posteriormente que 11 millones de sus automóviles vendidos en todo el mundo tienen instalado el programa manipulado.
El escándalo de las emisiones, bautizado como 'diéselgate', forzó la dimisión de Martin Winterkorn como presidente y consejero delegado de la empresa.