En mayo de 2003, cuando se inició el actual ciclo de gobiernos kirchneristas en Argentina, este país encabezaba portadas internacionales por un impago de deuda soberana que equivalía a casi el 140 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Esa relación había caído a 45,6 por ciento del PIB en 2013, según un estudio del Instituto Argentino de Análisis Fiscal con base en cifras del Ministerio de Economía.
El país se recuperó de la peor suspensión de pagos de su historia e incluso logró crecer a tasas muy elevadas en estos 12 años, según datos y fuentes consultadas por Sputnik Nóvosti.
Pero el horizonte de problemas de este país de 42 millones de habitantes incluye un monto insuficiente de reservas en divisas, una inflación elevada, si bien contenida en los últimos meses, y presiones sobre el tipo de cambio, señalan las fuentes.
Mirando al Sur y al Oriente
En este lapso, Argentina también modificó su inserción internacional y el eje de su producción exportable, en gran medida por la creciente demanda de productos agrícolas de China, que transformó su tradicional perfil ganadero en uno dominado por la soja.
El país también apostó a los nuevos mecanismos regionales de integración, como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Naciones Latinoamericanas y Caribeñas (Celac).
Pero "la integración latinoamericana no ha podido sortear, mediante mecanismos internos, una dinámica atada al ciclo económico global", destacó Andrés Asiain, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO).
El principal socio comercial, Brasil, ha sufrido un descenso de tres puntos en su actividad económica en el último año.
"Así resulta afectado el comercio exterior argentino, que ha caído casi 20 puntos porcentuales en comparación con un año atrás", explicó Asiain.
Se ven perjudicados el sector primario exportador, primera fuente de divisas, y el industrial, importador neto que necesita esos dólares.
Mientras, "con Rusia, hay perspectivas de algunas inversiones conjuntas en sectores estratégicos como el de energía nuclear" y de "una producción más ligada al sector de los hidrocarburos, aunque todo son proyectos por ahora", señaló el experto.
"Como los proveedores tradicionales europeos, en conflicto por la crisis de Ucrania, tienen más difícil acceso (al mercado ruso), Argentina puede ser un buen proveedor alternativo", valoró.
Leve repunte
En este contexto, dos sectores dinámicos permiten a Argentina llegar a los comicios con una leve recuperación.
"Uno es la recuperación del consumo por un aumento de salarios, jubilaciones y subsidios por encima de la inflación, lo que motoriza el mercado interno a través del consumo", indicó Asiain.
El otro es la construcción, "gracias a créditos públicos para la vivienda como el del plan Procrear", añadió el economista.
"En materia cambiaria y de divisas, hay una devaluación oficial por debajo de la inflación, que es uno de los puntales para la recuperación del consumo", observó.
En cambio Orlando Ferreres, director de la consultora Ferreres y Asociados, matizó que "hay una pequeña caída del salario real, que se nota bastante en el consumo, pero sin que llegue a ser dramática".
Ferreres estimó que este año el PIB crecerá 1,2 por ciento, con una actividad estable, una mejora de la industria de entre dos y tres por ciento, y una inflación que oscila entre el 25 y el 28 por ciento.
Reservas internacionales
Asiain recordó que, con reservas acumuladas durante 2014 se pagó un vencimiento de deuda a comienzos de este año.
"El nivel de reservas es similar al de 2014. Ahora hay un dólar paralelo relativamente controlado, entre otras cosas, porque parte de ese pago fue a inversores internos que lo revendieron en el mercado cambiario paralelo", lo que llevó a que "se desinfle el dólar en los últimos días", estimó Asiain.
El mantenimiento del volumen de reservas fue posible gracias a las permutas de cobertura por impago (swap) de 11.000 millones de dólares que China concedió al Banco Central, observó.
Para Ferreres, dentro de los 27.700 millones de dólares actuales de reservas hay que considerar "préstamos de cortísimo plazo", como el swap chino, y unos 5.000 millones de dólares en importaciones, cuyo plazo de pago ya venció con las casas matrices.
En definitiva, son pocas las reservas disponibles para hacer frente a unos 800.000 millones de pesos que circulan en el mercado cambiario, y que equivalen a 90.000 millones de dólares, opinó Ferreres.
Auge de la clase media
Argentina, parte del grupo de países emergentes y segunda mayor economía de América del Sur, ocupa el lugar 24 del mundo por volumen de PIB (unos 540.000 millones de dólares en 2014), según el Banco Mundial.
Un estudio publicado por el Banco Mundial en 2012, 'La movilidad económica y el crecimiento de la clase media en América Latina', estimó que la clase media argentina se duplicó en una década, pasando de 9,3 millones a inicios de 2000 a 18,6 millones de personas en 2009.
Ese aumento representa un 25 por ciento de la población total del país y es el mayor porcentaje de crecimiento de la clase media en América Latina, señalaba el informe, según el Banco Mundial.
Pero la evolución de los indicadores de desarrollo ha sido objeto de polémicas en los últimos tiempos, con la decisión del órgano estadístico de no continuar midiendo la pobreza y una estimación no oficial, del Observatorio de la Deuda Social Argentina, que estimó en 28,7 por ciento la proporción de pobres en 2014.
