Sin embargo, son varias fuentes las que hablan de hasta 7.000 personas instaladas en enormes campamentos de plástico y madera ocultos entre la maleza de la sierra, con familias enteras, desde niños a ancianos, extrayendo el mineral de las laderas de la sierra con herramientas muy rudimentarias.
Según la sentencia del juez federal, Francisco de Moura Junior, "la población que allí se asienta acudió desde todos los rincones del país en busca de un sueño de riqueza fácil que ha sido propagado por las redes sociales", además se especificó que el cierre y la desocupación del lugar "deberá ser hecho de manera pacífica y voluntaria" con ayuda de la Policía Federal.
"Esas piedras enormes fueron un montaje de alguien interesado en traer esas personas hasta aquí. Aunque no hay duda de que hay oro por allí", señaló el político del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB) quien denunció la situación algo recogido en la sentencia de este viernes que detalló que "en torno a la práctica de la minería ilegal existe la de otros delitos como el tráfico de drogas, tráfico de armas, de personas para la prostitución, evasión fiscal, etc…".
Debido a la gravedad del problema de la extracción ilegal de oro y su comercialización a través de alguna de las fronteras de Brasil, el pasado 12 de octubre el Congreso Nacional brasileño ratificó el acuerdo entre el país sudamericano y Francia por el cual se trabajará en conjunto para evitar la exportación ilegal de oro a través de los parque nacionales del estado brasileño de Amará y la Guyana Francesa.