"Estudiamos diversas variantes, incluida la suspensión de la financiación en el futuro", dijo el ministro portavoz del Gobierno japonés, Yoshihide Suga.
La Masacre de Nankín, que duró 40 días es uno de los episodios más crueles de la segunda guerra chino-japonesa cuando el Ejército Imperial Japonés mató con extrema violencia a hasta 300.000 ciudadanos y violó a unas 20.000 mujeres chinas.
Por su parte, Tokio confirma que la masacre tuvo lugar, pero no está de acuerdo con el número de víctimas, insistiendo que los documentos se basan en "estimaciones unilaterales".
No obstante, varios historiadores nipones sostienen que la masacre fue falsificada para presionar a Japón políticamente.
Anteriormente, el Ministerio de Exteriores japonés expresó su pesar de que los documentos sobre la Masacre de Nankín, ofrecidos por China, que fueron incluidos en la lista del patrimonio mundial de Unesco.