"No se puede culpar a internet de la violencia. Simplemente, los vídeos que se difunden y los comentarios en Facebook, Twitter y otras redes sociales contribuyen a encender los ánimos, especialmente de los jóvenes, que son sus principales usuarios", subraya Salah.
Una de las grabaciones que se volvió viral fue la de la muerte del joven jerosolimitano Fadi Alun, que según la policía apuñaló a un israelí. En las imágenes, el chico aparece rodeado de extremistas judíos que gritan que es un terrorista y piden que lo maten. La policía llega, se baja de un vehículo y lo acribilla a tiros directamente. Luego pregunta: "¿Dónde están los heridos?". Alguien contesta: "No hay".
Estas imágenes provocan la aparición en la red de miles de comentarios de indignación, ira e insultos de palestinos —también de árabes de otras nacionalidades y de gente de todo el mundo-, y mensajes de incitación al odio y la violencia.
Por internet se distribuyen vídeos en los que se muestran asesinatos de judíos y en Facebook se coloca un icono de "me gusta" en el que la mano sujeta un cuchillo. También hay grabaciones de movimientos palestinos como Hamás o la Yihad Islámica en los que se insta a la tercera intifada o a la violencia contra israelís.
Los muros de Facebook de jóvenes israelíes también rebosan violencia. Mensajes de "muerte a los árabes", llamadas a agredir o a "matar árabes", a dispararles en lugar de arrestarles, insultos contra los árabes, el Islam y Mahoma, y vídeos y caricaturas que incitan al odio y la violencia.
Incluso algunos políticos israelíes cuelgan en sus muros de Facebook mensajes incendiarios.
"Las imágenes, definitivamente, influyen a la gente. Después de todo, conectamos con otra gente a través de lo que vemos, a menudo simpatizamos con la víctima", comenta la analista de redes sociales Rania Zabaneh.
"El impacto varía de una persona a otra, pero esta gente joven, lo vive, conecta con sus amigos, familiares o conciudadanos palestinos. Están enfadados y han perdido la esperanza", indica Zabaneh.
"Es importante subrayar el hecho de que estos jóvenes palestinos viven bajo la ocupación: los acosan en los controles militares, les prohíben entrar a sus lugares religiosos, a menudo no les dejan conseguir permisos de construcción, les resulta difícil encontrar trabajo, estudiar, son discriminados", señala la analista.
"Mayoritariamente creo que las redes sociales añaden leña al fuego, pero no lo inician. Y pienso que los palestinos han entendido finalmente el poder de los medios. Cada vez más intentan explicar la versión palestina de la historia, que a menudo ha sido ignorada o marginada por los medios principales", recalca Zabaneh.