En todo ese tiempo y hasta su bloqueo definitivo por la Justicia Suiza el 17 de abril de 2015, los gastos asociados a la tarjeta de crédito de la esposa de Cunha ascendieron a 841.000 dólares e incluyeron todo tipo de excentricidades como un curso de inglés en el prestigioso Malvern College de Inglaterra por valor de 8.405 dólares o un curso de tenis en la famosa academia IMG de Nick Bollettieri, en Florida, por 59.000 dólares.
O amor é lindo né gente? "Ele é meu e eu amo ele" Claudia Cruz pic.twitter.com/OXNGgBbsWj
— Belinha (@BelFMaia) octubre 10, 2015
Pero no únicamente la mujer de Cunha se benefició del dinero ilícito que el político obtuvo a través de la red corrupta en Petrobras, su hija, Danielle Cunha, realizó varios cursos de marketing en la selecta escuela de negocios española ESADE por valor de 119.795 dólares, una formación que la primogénita del presidente del Congreso había comenzado a aplicar un mes después de que este asumiese la presidencia ofrecido servicios de marketing político a los diputados del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB).
En total, las cuatro cuentas de Cunha en el país helvético sumaron 4,8 millones de dólares y fueron abiertas entre 2007 y 2008 siendo dos de ellas cerradas coinicidiendo con el inicio de la Operación Lava Jato, entre abril y mayo de 2014, y las otras dos bloqueadas por el Ministerio Público de Suiza el cual, en colaboración con la Justicia brasileña, comprobó que parte del dinero depositado en ellas estaría relacionado con un presunto soborno a raíz del contrato de 34,5 millones de dolares entre Petrobras y la "Companie Beninoise des Hidrocarburos Sarl", en Benín, África.
Al conocerse los detalles de las cuentas de Cunha y su esposa en Suiza, los diputados de los partidos de la oposición, con el Partido Social Demócrata de Brasil (PSDB) al frente, exigieron este sábado la salida de Cunha como presidente del Congreso de los Diputados, sin embargo, en entrevista con el canal brasileño GloboNews, el político reiteró una vez que permanecerá en su cargo pase lo que pase: "Pueden presionar, yo no renunciaré. Pueden retirarme el apoyo, hacer lo que quieran, tengo derecho a defenderme y no pueden tirarme".