La escalofriante cifra, obtenida a través de un algoritmo matemático establecido a través de los datos de 14 estudios científicos diferentes, dio como resultado que en Brasil fallece una media de 15 animales vertebrados terrestres por segundo hasta completar una media anual de 475 millones, de los cuales 430 millones, un 90 por ciento, serían animales de pequeño porte.
Los restantes 45 millones, se dividirían entre animales de medio tamaño, como monos, zarigüeyas o conejos, que supondrían unos 40 millones de ejemplares muertos o el 9 por ciento del total, y unos 5 millones de animales de gran porte, un 1 por ciento del total, entre los que se incluyen valiosísimas especies como el jaguar, las capibaras, los tapires y los lobos de crin o "guará guazú".
En cuanto a la distribución de los atropellamientos es destacable la relación directa entre la presión demográfica y el número de muertes siendo el estado de Sao Paulo, el más poblado de Brasil con 31,3 millones de habitantes, el que mayor número de incidentes registró seguido de los estados del Sudeste del país como Río de Janeiro, Minas Gerais y las regiones del sur Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul.
El contraste con las regiones amazónicas de Acre, Amazonas, Amará y Roraima es extremo ya que las regiones apenas tienen densidad demográfica y a que gran parte de los transportes se realizan por la vía fluvial, apenas aparecen en las estadísticas mientras que las regiones del Nordeste y el Centro-Oeste tienen datos muy dispares.
Para aquellas personas interesadas en el asunto, la página web del CBEE disponibilizó un contador virtual del número de muertes de animales, "Atropellómetro", una herramienta gráfica que ayuda a sus visitantes a entender la gravedad del problemas en el pulmón verde de Latinoamérica y en el país con mayor biodiversidad de flora y fauna del planeta.