Según Wittrock, la crítica hacia la canciller es mucho mayor que la recibida por su gestión de la crisis griega o el apagón nuclear.
El autor del artículo señala que las críticas son constantes en la Unión Socialcristiana (CSU), el partido de los conservadores bávaros con el que la CDU de Merkel forma coalición, y que incluso el ministro del Interior, Thomas de Maizière, ha marcado distancias con respecto a Merkel.
El pasado 23 de septiembre, la CSU invitó al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en el foco de la polémica por su política de refugiados, a la clausura de su congreso, que tuvo lugar en el monasterio de Banz, en el municipio de Bad Staffelstein.
El presidente de la CSU, Horst Seehofer, ha pedido públicamente a la canciller que modifique su política de inmigración y asilo.
Según el articulista, la crisis de refugiados podría empañar las posibilidades de Merkel de una nueva reelección como canciller.
En este sentido, Wittrock apunta a los recientes rumores de que Alemania podría postular a Merkel como sustituta del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, a comienzos de 2017.
Desde comienzos de 2015 alrededor de medio millón de refugiados han llegado a la UE huyendo de la violencia en Oriente Medio y el norte de África.