"Diecisiete personas, entre ellos extranjeros y nacionales, fueron acusados de preparar y perpetrar el atentado", dijo.
El portavoz de la Policía nacional, Pravut Thavonsiri, declaró a los periodistas que, además de extremistas uigures de China, en el atentado estuvieron implicados tailandeses vinculados a separatistas musulmanes en el sur de Tailandia y al ala radical de los "camisas rojas".
"El atentado tuvo, más allá de la venganza, un trasfondo político interno", comentó.
El ataque con bomba tuvo lugar en una zona céntrica de la capital tailandesa y se saldó con 20 muertos y 125 heridos.
El artefacto casero fue detonado a distancia junto al santuario de Erawan, en una zona de hoteles internacionales y cuatro grandes centros comerciales frecuentados por tailandeses y turistas.