Otro sector clave para inclinar la balanza serán los nacionalistas más moderados que pueden romper por primera vez con su fidelidad con Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), la formación que dirige el presidente Artur Mas, y optar por los democristianos de Unió Democrática de Catalunya (UDC).
CDC y UDC han gobernado con las siglas CiU más de 30 años la región más rica de España, pero la deriva secesionista de Mas hizo que la coalición se rompiera después de 40 años de convivencia.
En el área metropolitana de Barcelona viven más de la mitad de los 5,5 millones de catalanes llamados mañana a las urnas.
Hasta ahora, sus vecinos han acudido en masa a votar en las elecciones generales de España, pero siempre se han mostrado más reacios a participar en las autonómicas.
En las legislativas de 2008, las de mayor afluencia a las urnas, fueron a votar el 71,19 por ciento de los electores, mientras que en las autonómicas de 2010 ese dato bajó hasta el 58,78. Y los 13 puntos de diferencia proceden fundamentalmente del llamado cinturón rojo, en donde en los años 60 se instalaron la mayoría de emigrantes procedentes de otros lugares de España, en especial de Andalucía.
Según el informe de Dialoga Consultores elaborado con motivo del 27S, y publicado hoy por la cadena Ser, "el independentismo es mayoritario en las zonas rurales".
Pero, señala el estudio, "en las 27 principales ciudades catalanas la mayoría de la población optaría por seguir en un marco de convivencia con el resto de España".
Es en "las áreas con mayor densidad de población donde está más presente el votante dual. Geográficamente, coincide además con lugares en los que existe una importante afluencia de inmigración de otras regiones del país. Dentro de las grandes concentraciones urbanas, el centro es más independentista que la periferia", en referencia a las grandes poblaciones que rodean Barcelona.
A este fenómeno sociológico habría que sumar los más de 600.000 indecisos, el 20 por ciento del censo electoral.
Mas, un político conservador que es la primera vez que enarbola la bandera de la independencia en unas elecciones, ya ha dicho que seguirá con el proceso secesionista si consigue una mayoría de escaños, aunque no logre el 50 por ciento de los votos.
Este anuncio ha indignado a sus contrincantes políticos que ven en esta postura una gran contradicción, ya que sido la presión de Mas la que ha conseguido que unos comicios regionales se conviertan en plebiscitarios.
La Ley de Hont que se aplica en estas elecciones prima el voto rural, más nacionalista, que el urbano, más social.
Todas las encuestas prevén una ajustada victoria de los independentistas.
Enric Juliana, director adjunto del diario catalán La Vanguardia y uno de los referentes en estos momentos en España ante el reto secesionista catalán, explica a Sputntik Novosi que "las elecciones de este domingo no autorizan una declaración unilateral de independencia (DUI)", pero "sí autorizan una negociación".
Además, una cuestión como la de la secesión "es de tal envergadura" que debería ser producto "de un pacto explícito".
Juliana está convencido de que una vez termine el ciclo electoral en España con las elecciones generales en diciembre, los mandatarios de Madrid y Barcelona se sentarán a negociar.