Oljovói, quien llevaba trabajando en la empresa, ubicada en la región de Rostov, unos 12 años y además debe pagar una hipoteca, fue obligado a presentar una solicitud de despido por cuerdo mutuo.
La Iglesia Ortodoxa rusa afirmó que defendería los derechos del exempleado de Cargill, compañía que se encarga de la importación de alimentos a Rusia y tiene varias fábricas de alimentos propias en el territorio del país.
Oljovói reconoció que aún no ha encontrado un trabajo fijo, y se ve obligado a buscar trabajos temporales.
Por su parte el fundador del movimiento de defensa por los derechos de los homosexuales, Nikolái Alexéyev, declaró a Izvestia que son los representantes del movimiento LGBT quienes más sufren de despidos por sus puntos de vista en Rusia, y simplemente buscan un nuevo trabajo ante la imposibilidad de defender sus derechos ante los tribunales.