"El puerto de Trípoli está lleno de barcos, así que hemos enviado el petrolero ruso a Misurata", dijo el militar al confirmar que los tripulantes siguen a bordo de la nave.
Qasem precisó que hasta ahora los tripulantes del Mekhanik Chebotarev no han sido interrogados "pero lo serán, conforme al procedimiento previsto".
En Misurata, según él, se llevarán a cabo las diligencias correspondientes por parte de inspección marítima, aduanas y guardia costera.
"Más tarde el asunto será remitido a la fiscalía general, que se encargará de investigarlo en consonancia con las leyes locales", dijo.
Libia retendrá la embarcación hasta que la investigación llegue a su término y se adopte una resolución judicial, indicó el portavoz.
El barco ruso, añadió, no es diferente a otros retenidos anteriormente y que permanecen en la base naval de Trípolo a la espera de una orden judicial, sin que los propietarios puedan disponer de ellos libremente.
El militar apuntó que el buque fue detenido en "una zona del contrabando de combustible, cuando navegaba desde Malta, siguiendo una conocida ruta entre los contrabandistas del petróleo libio".
Subrayó que la tripulación no tenía hoja de ruta ni permisos para transitar en las aguas territoriales de Libia, lo que constituye una grave violación de las normativas internacionales y de las leyes locales.