El economista acusa a Alemania en su artículo de no haber tenido en cuenta las perspectivas a largo plazo de su política y recuerda otras decisiones anteriores de Berlín, como la política de Reunificación, de cuyas consecuencias económicas el país aún se resiente, o el reconocimiento de la independencia de Croacia y Eslovenia, que contribuyó a aumentar la tensión en los Balcanes; ambas, además, generaron una oleada de refugiados.
Además, la actual crisis de refugiados, añade, obligará a los Estados de la Unión Europea a incurrir en endeudamiento, en contra de la línea estipulada por Alemania.
La gestión de la crisis de refugiados y el cierre de fronteras también afectan, en opinión del economista, al mercado común: "ahora sabemos que, al menos en teoría, los países pueden tomarse unas 'vacaciones' de su pertenencia a la eurozona".
"Los controles fronterizos no se levantarán rápidamente, ya que los refugiados que ahora no vendrán seguirán ahí y buscarán otras maneras de entrar en el país", explica.
El resultado de la decisión de Alemania ha sido, continúa, que otros países reintroduzcan los controles fronterizos, y cabe esperar que el Frente Popular de Marine Le Pen pida pronto establecerlos también en la frontera con Alemania para evitar una llegada masiva de refugiados a Francia.
Finalmente, Münchau cree que "la causa profunda de la crisis de refugiados se encuentra en que Europa no quiere o no puede reconocer sus intereses estratégicos en Oriente Próximo".
"Europa es igualmente incapaz de acarrear con las consecuencias de su pasividad", concluye Münchau al comentar que "en una situación así, no sorprende que el nacionalismo y la idea de un regreso a los Estados nacionales ganen terreno".