Aquel día Kerry señaló que es el momento de acercarnos, y que todos entendemos que habrá obstáculos y diferencias, pero hemos aprendido que hay formas de hallar beneficios mutuos", mientras Bruno Rodríguez, en un comunicado, insiste en que ambos países discutirán "nuevas áreas de cooperación", incluidas aquellas en las que "hay diferentes puntos de vista y las cuestiones no resueltas entre Cuba y los Estados Unidos".
Presididas por el subsecretario adjunto del Departamento de Estado, Edward Alex Lee, y por la directora general de la Cancillería de Cuba para EEUU, Josefina Vidal Ferreiro, la comisión bilateral afronta unas negociaciones en las que el primer objetivo consistirá en delimitar los grandes asuntos a tratar.
Los dos países esperan así sentar las bases para comenzar a negociar en asuntos de corte bilateral y multilateral, y que van del levantamiento del bloqueo y las compensaciones por los daños materiales y humanos causados a las indemnizaciones que solicitan los exiliados con empresas y otros bienes expropiados tras el triunfo de la Revolución.
El proceso diplomático avanza así en mitad de no pocas esperanzas, como el hecho de que la productora de televisión Discovery haya estrenado el primer programa de TV de EEUU realizado en Cuba, y algunos sobresaltos, como el anuncio del alcalde de Miami, el republicano Tomás Regalado, de que su ciudad se niega a albergar un consulado de Cuba alegando las "heridas abiertas" y la fragilidad entre las distintas facciones del exilio.
En ese mismo comunicado Raúl Castro exigía el "cese de las transmisiones radiales y televisivas con carácter subversivo hacia Cuba, eliminar los programas dirigidos a promover la desestabilización interna, y compensar al pueblo cubano por los daños humanos y económicos provocados por las políticas de Estados Unidos".
Entre los primeros signos de deshielo estuvo el progresivo levantamiento de las restricciones para viajar a Cuba desde EEUU, y el levantamiento de la prohibición de usar tarjetas de crédito y débito estadounidenses en suelo cubano, mientras Marco Rubio acusaba a la Casa Blanca de "financiar la represión del pueblo cubano y los ataques contra intereses estadounidenses".
Precisamente las acciones de sabotaje y terrorismo, así como de delincuencia común, ocupan otro lugar central de unas negociaciones en las que tendría que decirse qué hacer con los numerosos prófugos de las justicias cubana y estadounidense, entre secuestradores de aviones, miembros de los Panteras Negras y terroristas implicados en atentados, que encontraron refugio y asilo en el país vecino.