El titular del Departamento de Integración Europea de la Universidad rusa de Relaciones Internacionales (MGIMO), Nikolái Kavéshnikov, opina que "cualquier restricción económica es un arma de doble filo".
"Las sanciones europeas y estadounidenses contra Rusia, por supuesto, dañan a las empresas de estos países", dijo.
A su vez, el profesor de la Escuela Superior de Economía Andréi Súzdaltsev, indicó que los competidores asiáticos ocupan el nicho del mercado ruso, abandonado por las empresas occidentales.
"Tras la llegada de las empresas asiáticas será casi imposible cambiar el mercado; los socios occidentales deben tener en cuenta que si se van es para siempre", subrayó.
Occidente, indicó, no necesita razones serias para mantener el régimen de sanciones.
"Últimamente, EEUU y la UE mantienen un pulso" para ver quién impone más sanciones a Rusia y "se inventan pretextos", señaló.
En el futuro, supuso, las nuevas medidas restrictivas podrían ser impuestas por el tema de Siria "a pesar de que nuestros suministros de armas al país árabe no violan ninguna convención, acuerdos ni resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU".
Washington anunció a principios de este mes restricciones contra varias empresas rusas del sector de defensa, entre ellas Rosoboronexport y MiG, por supuestas infracciones del régimen de no proliferación vigente en relación con Irán, Corea del Norte y Siria. Moscú prometió dar una respuesta simétrica.
Este miércoles, el vicecanciller ruso, Serguéi Riabkov, advirtió que Moscú debe estar listo para el recrudecimiento de las sanciones, independientemente de lo que ocurra en el este de Ucrania.