Las autoridades habían informado en un primer momento que la devastadora explosión en una planta química de la provincia costera de Shandong había provocado cinco muertos.
Pero las autoridades de la ciudad de Dongying ampliaron este fin de semana la cifra de muertos a 13 sin dar explicaciones del retraso en la actualización y agregaron que "los familiares de las víctimas están calmados".
La indignación se ha extendido por la red y muchos apuntan al desfile militar del fin de semana en Pekín como razón para haber demorado el balance final de fallecidos.
No es raro que las autoridades locales intenten relativizar los daños tras una tragedia.
Ya ocurrió algo parecido tras las explosiones en un depósito de materiales químicos el mes pasado en Tianjin que dejó 161 muertos.
Lea más: Lugar de la explosión de Tianjin a vista de dron
El Gobierno central se enojó con el local por haber minimizado la cifra de fallecidos en las primeras horas.
Pekín convocó como respuesta una reunión con varios medios de comunicación para pedirles que investigasen las relaciones de la compañía que gestionaba el almacén con el Gobierno local.
Tanto medios independientes como oficiales dedicaron los siguientes días a destapar las numerosas corruptelas que unían a ambos.