En 2013, el actual precandidato laborista, dijo en una entrevista a la BBC, que se podría buscar una administración conjunta, mientras que los habitantes de las islas, los kelpers, retengan su nacionalidad inglesa. “Otras situaciones como esta, por ejemplo, la disputa entre Finlandia y Suecia por las islas Aman, se resolvió con cierto grado de administración conjunta, manteniendo la nacionalidad. Se hizo en Hong Kong, se hizo hasta cierto punto en Gibraltar”, declaró.
Corbyn agregó que la guerra “fue por el interés de Margaret Thatcher en 1982 de distraer la atención de su castastrófica política económica. Hay una carta de cinco premios Nóbel que sugieren que, sin cambiar la nacionalidad, hay espacio para algún tipo de discusión y debate. ¿Por qué no podemos responder esa carta y trabajar sobre esa base, en lugar de elevar la apuesta y gastar más y más dinero en armas?”, se preguntó.
Estas declaraciones han vuelto a recuperar actualidad, a días del 12 de septiembre, cuando se elegirá al nuevo líder del partido laborista.
“Rendición repugnante”, exclamó Simon Weston, uno de los ingleses veteranos que sufrió graves quemaduras en la guerra, ante la propuesta de Corbyn.
Los diarios ingleses han recordado estos días, que, siendo concejal en Haringey, en el norte de Londres, en los años ochenta, Corbyn se negó a votar una moción de apoyo a las Fuerzas Armadas en el conflicto del Atlántico sur. “Sentimos mucho la pérdida de hombres desempleados que son enviados a las 'Falklands' (el nombre inglés de las Malvinas) a morir”, y agegó: “Es una pérdida de dinero y de vidas nauseabunda. Todo es una conspiración de los tories (conservadores) para mantener sus negocios”.
El candidato laborista también ha sido muy crítico respecto al papel de la OTAN y de su “expansión hacia el Este”. En un debate reciente, llamó a desarrollar una relación con Rusia para “desmilitarizar la frontera con Ucrania”, y, aunque no propuso la salida de Gran Bretaña de la alianza atlántica, sí llamó a “restringir su papel”.