Por otra parte, el juez dio a la justicia estadounidense un plazo de 30 días para que aclare qué actos concretos se atribuyen a los dos acusados que se encuadren en los delitos de extorsión, fraude y lavado de activos, según Infobae.
Por esta vía, Bonadío suspendió el proceso por la extradición, apelando al artículo 31 de la ley sobre cooperación internacional en materia penal, que permite solicitar más información al estado requirente sobre las acusaciones de las personas a extraditar.
La justicia estadounidense sostuvo en su solicitud que cuenta con evidencias "de que Jinkis, ejecutivo de marketing deportivo, fue parte de una asociación ilícita con el objeto de pagar sobornos –que efectivamente se pagaron– y del pago de retornos a funcionarios de la FIFA" (Federación Internacional de Fútbol Asociado), de acuerdo con la transcripción de Infobae.
Las investigaciones abiertas por el estadounidense FBI (Buró Federal de Investigaciones) contra la FIFA se hicieron públicas el 27 de mayo, cuando fueron arrestados en Suiza seis miembros de su comité ejecutivo.
Poco después fueron detenidos en Argentina los Jinkis, y el 31 de julio fue extraditado de Italia a EEUU el también empresario argentino Alejandro Burzaco, dueño de la empresa Torneos y Competencias, implicada asimismo en los esquemas de sobornos para adquirir derechos de transmisión de las competencias deportivas.
La jueza estadounidense que procesó a Burzaco por conspiración, lavado de dinero y corrupción le otorgó prisión domiciliaria tras el pago de una fianza de 20 millones de dólares.