"Cuando terminó la guerra fría, Europa debería haberse acercado a Moscú, entablar buenas relaciones con Rusia y con todos los países que la rodean", afirma.
A su juicio, con esta decisión se repitió un "error histórico", ya que de esa unión "hubiese salido una potencia tremenda": "ése ha sido uno de los mayores fallos de la UE", estima el economista.
Europa escogió por el contrario seguir vinculada a Estados Unidos, a pesar de que es un país que "históricamente" ha demostrado que "va a lo suyo, navega en solitario".
"Washington ha demostrado, desde principios del siglo XIX, que va por libre, que se acerca a otro país o potencia solo cuando lo necesita y le interesa", concluye Niño Becerra.