Fu detuvo el cronómetro en unos impresionantes 57 minutos y 24 segundos, informa el diario Beijing Times, la mejor marca de su unidad.
La prensa ha explicado el duro camino recorrido Fu para alcanzar el título, ya que hubo de sobreponerse a una enfermedad visual que ponía en peligro su participación en el desfile.
El soldado sufría tracoma, una inflamación de la conjuntiva causada por una infección, que le obligaba a cerrar los ojos cada vez que soplaba el viento.
Pero Fu aguantó sin pestañear el viento y el sol durante las largas jornadas de ensayos sin que brotaran lágrimas de sus ojos.
El diario China Daily asegura que, además de Fu, "hay muchos otros soldados esforzándose cuanto pueden" para el inminente desfile.
El medio cuenta la historia de Shi Shuguo, que ayudó en su tiempo libre a su hermano gemelo a perfeccionar los movimientos.
El hermano se había retrasado en los ensayos después de haber sufrido una "aguda gastroenteritis".
"Con sus esfuerzos, los hermanos gemelos han actuado cada vez menjor en su entrenamiento", informa el diario.
La dureza de los ensayos bajo el sol canicular pequinés ha provocado que varios maduros generales, con figuras menos esbeltas que la soldadesca, hayan perdido un promedio de cinco kilos.