Corea del Norte, agregó, debe reconocer la autoría de la provocación del pasado 4 de agosto, cuando dos soldados surcoreanos resultaron heridos en la explosión de una mina colocada presuntamente por Pyongyang en la zona desmilitarizada.
"Instamos al Norte a que reconozca que no volverá a llevar a cabo estas provocaciones; si lo hacen estaríamos dispuestos (a desmantelar los altavoces).
Este lunes, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, afirmó que su país mantendrá la campaña de propaganda contra el Norte mientras este no presente disculpas por el incidente con la mina.
El pasado jueves y en medio de la llamada "guerra psicológica" del Sur, las dos Coreas intercambiaron disparos de artillería en el sector occidental de la frontera y pusieron en alerta máxima sus respectivos Ejércitos.
Pyongyang amenazó con una operación militar si hasta el 22 de agosto Seúl no cesaba su campaña de propaganda, a lo que Corea del Sur respondió que continuaría las emisiones.
El sábado, día cuando se cumplió el plazo del ultimátum norcoreano, los dos países comenzaron negociaciones de alto nivel en un intento de poner fin a las tensiones.