Al conocerse la denuncia hecha por el Procurador General de la República, Rodrigo Janot, Cunha ha insistido en su inocencia y ha insinuado que el Gobierno de Dilma Rousseff está detrás de la denuncia, porque es la presidenta la que tiene potestad para nombrar al procurador, y de hecho acaba de proponer que siga en el cargo.
"Veremos la actuación del Gobierno, que ya ha propuesto la renovación del procurador en un intento para callar y reprimir mi actuación", ha asegurado Cunha en un comunicado, añadiendo que se está haciendo un trabajo "de excepción" porque hay otros nombres que han aparecido en los testimonios de la trama y sin embargo no están siendo investigados.
Concretamente Cunha está acusado de recibir cinco millones de dólares en concepto de soborno a cambio de que Petrobras facilitase la contratación de unos barcos de la empresa coreana Samsung Industries, según relató uno de los implicados en la trama, el cambista Júlio Camargo, condenado a 14 años de cárcel por su participación en esta operación.
Pero según Janot esos cinco millones –que Cunha recibió a través de una iglesia evangélica-- serían solo una parte; ya que el total de los desvíos en esta rama de la Operación Lava Jato alcanzaría los 40 millones de dólares.
Por este motivo Janot pide que Cunha y otra implicada en esta parte del esquema, la diputada Solange Almedia, también del PMDB, devuelvan esos 40 millones de dólares y otros 40 para "reparar los daños causados a Petrobras", según el procurador.
Después de las acusaciones de Cunha el Gobierno ha emitido un comunicado en el que remarca que Rousseff "cree en la independencia de las instituciones que investigan las denuncias" y que no comentará el contenido de la reacción de Cunha.
A pesar de que Cunha acapara el protagonismo por ser una de principales autoridades del país en la denuncia presentada este jueves Janot también cita al ex presidente de Brasil y ahora senador Fernando Collor de Melo (Partido Trabalhista do Brasil, PTB).
Según la denuncia Collor recibió entre 2010 y 2014 7,4 millones de dólares como sobornos a cambio de contratos firmados con BR Distribuidora; algo que el ex presidente niega tajantemente y que atribuye a un "festín mediático", según ha comentado en su cuenta de Facebook.
Ahora el Supremo tendrá que decidir si acepta la denuncias de Janot; en caso afirmativo los acusados se convertirán en imputados y tendrá que responder por las causas penales en el Supremo, ya que tiene un foro privilegiado por su condición de parlamentarios.