En el mensaje, escrito en francés, el autor anónimo afirma que quiere “poner una granada en la boca” de Francken y critica a las autoridades belgas por asignar dinero para recibir a los inmigrantes cuando mucha gente en el país no tiene trabajo.
Francken denunció el mensaje anónimo a la policía. El año pasado también recibió amenazas de muerte y fue obligado a reforzar su guardia.
Este mismo mes, Francken cuestionó el poder adquisitivo de los solicitantes de asilo, lo que provocó una ola de críticas.
En particular, afirmó que los inmigrantes "han pagado 10.000 euros" para llegar a Europa y que “es ingenuo decir que no tienen 50 euros para pagar una habitación de hotel”.
El flujo de inmigrantes ilegales a Bélgica alcanzó en julio las 2.900 personas, lo que duplica la cantidad registrada el mismo periodo del año anterior.