El flujo de inmigrantes que proceden de Oriente Medio y el norte de África ha aumentado considerablemente desde la primavera y ahora llegan cada día al país alrededor de 1.000 personas.
Se estima que unos 70.000 refugiados entraron en Serbia desde principios de año.
La carga humanitaria incluyó 30 tiendas de campaña, generadores eléctricos diésel, estufas, camas y mantas para equipar los campamentos de refugiados ubicados en las ciudades de Kanjiza (en los límites con Hungría) y Preshevo (en la frontera con Macedonia).
A esta última localidad viajaron precisamente este viernes el embajador ruso Alexandr Chepurin, el codirector del Centro humanitario Víctor Safiánov, el ministro serbio de Trabajo y Política Social, Aleksandar Vulin, y el jefe de la Gendarmería Goran Dragovic.
"Comprendemos que la situación requiere enormes esfuerzos de Serbia y por eso hemos decidido aportar. Esperamos que también ayuden los que provocaron este caos insostenible que ha derivado en el desplazamiento de personas", subrayó Chepurin.
Por su parte, Safianov ha precisado que los bienes entregados permiten prestar asistencia a unas 1.000 personas.
A su vez, el ministro serbio Aleksandar Vulin volvió a reiterar el pedido de ayuda inmediata para hacer frente al drama de los refugiados y elogió la rapidez con la que ha respondido el centro.
La organización con sede en la ciudad de Nis, en el sur de Serbia, es una organización intergubernamental creada para atender las contingencias en la región balcánica.