"No hay realmente ninguna evidencia convincente de que esto (la dieta) de hecho sea la causa", dijo, citado por The New York Times, Steven N. Blair, científico y subdirector de la empresa sin ánimo de lucro Global Energy Balance Network, vinculada al estudio.
Indicó que los medios de información y las revistas científicas ponen demasiado énfasis en la cantidad de los alimentos consumidos y culpan a la comida rápida, las bebidas azucaradas etc., mientras los estadounidenses no prestan suficiente atención al ejercicio físico.
Coca-Cola inició la investigación en medio de la cada vez más intensa campaña contra las bebidas azucaradas cuyo consumo se redujo en un 25 por ciento en dos décadas, según el periódico.
"Las ventas de Coca-Cola están cayendo y hay una gran reacción negativa –política y pública– en contra de las gaseosas", dijo Michele Simon, abogado especializado en los casos relacionados con la salud pública, al calificar la iniciativa de Coca-Cola de una "respuesta directa" a estas pérdidas.
Los representantes de Global Energy Balance Network comunicaron que Coca-Cola ya destinó el año pasado 1,5 millones de dólares para lanzar esta investigación.
Las mismas fuentes indicaron que desde 2008 el gigante destinó casi 4 millones de dólares a varios proyectos de los dos fundadores de la empresa: Blair y Gregory A. Hand.