Según la agencia de información de Atenas, que cita a varias fuentes en el Gabinete, Grecia y los acreedores acordaron que el déficit presupuestario primario se situará en el 0,25 por ciento del PIB este año, mientras que en 2016 el país registrará el superávit primario del 0,5 por ciento del PIB.
En 2017 el superávit alcanzará el 1,75 por ciento del PIB y llegará hasta el 3,5 por ciento en 2018.
Según Koktish, las negociaciones tienen como objetivo dar largas al asunto, ya que "nadie piensa en una solución sistémica".
"Grecia no logrará cumplir esos compromisos", dijo Koktish.
El experto opina que el acuerdo con los acreedores, basado en estas condiciones, no empeorará la situación en Grecia, que sigue siendo bastante difícil.
"La cuestión es en qué etapa de realización todo eso colapsará", opinó Koktish que considera que el primer ministro griego, Alexis Tsipras, se vio en una situación ambigua al haber llevado a cabo un referéndum para aceptar después las condiciones de los acreedores.
No obstante, el experto se muestra seguro de que la situación actual no conducirá a cambios inmediatos en el Gobierno griego.