Ocho de los 24 fragmentos contenían rastros de marihuana y dos, cocaína, según informó The Conversation.
Previamente, hubo debates acerca el sentido de las obras del poeta donde menciona una fuente de inspiración pero los investigadores habían negado cualquier relación con las drogas.
Sin embargo, Shakespeare alude a las drogas y a su consumo en los sonetos 27, 76 y 118.
Los científicos han insistido en reiteradas ocasiones en exhumar los restos de Shakespeare para determinar su estilo de vida.
Uno de los obstáculos que impiden hacerlo es el epitafio grabado en la tumba del clásico: “Buen amigo, por Jesús, abstente de cavar el polvo aquí encerrado. Bendito sea el hombre que respete estas piedras y maldito el que remueva mis huesos”.