Este tercer puesto en el Mundial de natación en Kazán, Rusia, es el lugar más alto obtenido en la historia de la natación argentina.
Con un tiempo de 48s.12/100, Grabich llegó tercero, detrás del chino Ning Zetao y del australiano Cameron McEvoy. En los Juegos Panamericanos de Toronto, que se realizaron en julio, Grabich obtuvo medalla de oro en 100 m estilo libre con una marca de 48,26 segundos y medalla de plata en 200 m libre.
Haber conquistado esta medalla en los cien metros libres, que es la prueba más popular de la natación y la más competitiva, es colocarse en el lugar de los mejores atletas. Solo el argentino José Meolans conquistó en 2002 en Moscú, la medalla de oro, pero en la modalidad de los 50 metros. Esta vez Grabich, logró colarse entre los tres mejores de la más exigente de las competencias de natación.
El joven nadador, oriundo de la localidad de Casilda, en la provincia de Santa Fe, tuvo que superar en el camino, no solo a sus contrincantes, sino todo tipo de inconvenientes.
En diálogo con el diario La Nación, Grabich se quejó de que Argentina no tiene una piscina olímpica parecida a la de un Mundial, para practicar: “La piscina de Casilda es buena, pero este año se me hizo imposible por la temperatura del agua. La subieron tanto, que hasta las señoras que van a hacer aquagym, no aguantaban el calor. Mucho no le interesaba al club que yo entrenara ahí”, se quejó.
Grabich tuvo que pedir a los brasileños que le permitieran acudir a su masajista, y para recibir la medalla, se puso la ropa que usó en los Juegos Panamericanos.
“Es como correr en atletismo sin zapatillas”, se lamentó.
Con o sin masajista, Grabich logró meterse en la lista de los mejores de la natación mundial.
