"Todo dependerá de que los argumentos del recién nombrado líder talibán, mulá Ajtar Mansur, sean aceptados y respetados por todos los principales miembros del movimiento, o que este sea considerado cercano a las autoridades de Pakistán", señaló el diplomático.
Sin embargo, la muerte del mulá Omar detuvo estas conversaciones.
Según Shah Mohmand, si la posición del mulá Mansur se ve comprometida, los diversos grupos talibanes y los comandantes principales perderían la fe en su capacidad de liderazgo, condenando de tal modo las conversaciones de paz.
Para lograr unas conversaciones fructíferas, los talibanes tendrán que unirse, llevar a cabo un consejo de líderes, elegir a su máximo representante y que esta persona responda a las políticas del consejo.
"La división de los talibanes puede resultar buena para el Gobierno afgano a corto plazo, pero a largo plazo podría resultar desastroso para Afganistán, ya que conduciría a la anarquía y a un incremento de la inseguridad en todo el país", señaló Shah Mohmand.
Según el exembajador, los valores que definieron al movimiento Talibán durante las últimas dos décadas han sufrido un grave revés, y ahora, por un lado, esta agrupación está al borde de la desintegración, y por otro, se alejan de las normas y valores que motivaron su surgimiento en el panorama político de Afganistán.
El exembajador de Pakistán en Afganistán destacó que un acercamiento entre Islamabad y Kabul resultaría positivo para ambas naciones, pero por el momento no se dan las condiciones suficientes.
Según Shah Mohmand, primero sería necesario que se abordasen las causas del conflicto entre ambos países, entre los cuales citó la presencia de fuerzas extranjeras en Afganistán, el encarcelamiento de cientos de líderes talibanes y el futuro sistema político de Afganistán, temas a analizar para que esta nación asiática se torne un país pacífico y estable.