La primera acción de Skynet es un ataque nuclear contra Rusia que genera el holocausto nuclear borrando a la mayor parte de la humanidad, para luego emprender una lucha contra los humanos sobrevivientes adelantada por los Terminators, robots inteligentes y asesinos, mientras que John Connor organiza la resistencia. En la última película de la saga, Genisys, que se verá en 2015, el Día del Juicio será apenas dos años después, en 2017.
En la Conferencia Internacional conjunta sobre Inteligencia Artifical, celebrada en Buenos Aires a fines de julio, mentes distinguidas de la filosofía, la física, la psicología, la lógica matematica y la informática, analizaron el desarrollo de la inteligencia artificial, sus enormes beneficios y sus grandes riesgos.
Hoy en día, los robots pueden construir casas en dos días colocando mil ladrillos por hora, imprimir órganos en 3D para trasplantes, aspirar los pisos aliviando a las amas de casa, manejar automóviles a lo largo de miles de kilómetros, trabajar en las fábricas suplantando a los obreros, cocinar y repartir la correspondencia. Pero si bien pueden ganar una partida de ajedrez al mejor jugador del mundo, o dar los mejores consejos para hacerse rico en la Bolsa de Valores, el problema surgirá cuando, como en la película Terminator, den el paso para independizarse de su creador.
"Somos científicos, pero somos una comunidad comprometida con lo social y como intelectuales pedimos a las Naciones Unidas limitar el uso de la inteligencia artificial en los procesos bélicos", dijo a Sputnik Mundo Ricardo Rodríguez, doctor en Ciencias de la computación de la Universidad de Buenos Aires, miembro de la Asociación Argentina de Inteligencia Artificial, y uno de los organizadores de la Conferencia.
Alfred Nobel instituyó el Premio de la Paz para lavar su conciencia después de haber inventado la dinamita, y Albert Einstein, que sentía el remordimiento por haber contribuido a la creación de la bomba atómica, declaró que si volviera a nacer no sería físico sino plomero, en honor al único metal que frena la radiactividad.
Los científicos de hoy están ante el mismo dilema.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK
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