El lanzamiento de los proyectiles se produjo al día siguiente de que unos presuntos colonos mataran al bebé palestino de 18 meses Ali Dawabsha, e hirieran gravemente a su hermano, Ahmad, de 4 años, y a sus padres, Riham, y Saed.
Ahmad tiene quemaduras de segundo grado en el 60% del cuerpo, su padre, Saed, en el 80%, y su madre, Riham, sufre quemaduras de tercer grado en el 90% del cuerpo.
Los brazos armados de los grupos palestinos Hamás y la Yihad Islámica amenazaron con cometer ataques de venganza por el asesinato del bebé. Las fuerzas de seguridad están también preocupadas por la posibilidad de que se produzcan atentados de lobos solitarios.
El último cohete que habían lanzado grupos palestinos desde Gaza se disparó el 16 de julio y cayó en una zona de campo abierto del municipio de Ashkelon sin causar daños.