Según Rodzyanko, este efecto repercutió más "en países vecinos tales como Polonia, Finlandia, Europa en general".
El directivo de AmCham subrayó que muchas compañías internacionales que son miembros de la Cámara trabajan en Rusia, produciendo en este país incluso alimentos.
"Para ellas las contrasanciones son una señal para continuar localizando aquí sus producciones y una especie de estímulo, ya que notan el efecto de la eliminación de parte de la competencia", observó.
Rodzyanko explicó que "como en cualquier acción, las reacciones suelen ser complejas y a veces impredecibles, en este caso me parece que los resultados también son mixtos".
"Para algunas compañías de AmCham estas contrasanciones han sido positivas, para otras, negativas", concluyó.
Las relaciones entre Moscú y Occidente empeoraron a raíz de la crisis en Ucrania y la adhesión de Crimea a Rusia en marzo de 2014.
Las autoridades ucranianas, la UE y EEUU acusaron a Rusia de inmiscuirse en los asuntos internos del país vecino y le impusieron el año pasado un primer paquete de sanciones, que posteriormente fue ampliado y tomó carácter de medidas puntuales contra diversos sectores de la economía.
El Kremlin respondió limitando la importación de productos comestibles procedentes de estas naciones.
Moscú declaró en reiteradas ocasiones que no es parte del conflicto en Ucrania y que participa oficialmente en calidad de mediador para poner fin a las hostilidades en el sureste ucraniano.